(...) Es indudable que el nuevo libro de Héctor Rosales ilustra
claramente la decantación creciente de su lenguaje (decantación
que no es producto del azar -nada lo es en definitiva- sino que
ya era anticipada en Espectros) y muestra la madurez de un
poeta dueño de un singular registro expresivo. Decantación
y madurez, al amparo de un metro libre diestramente empleado, quizá
sean las características más salientes e inicialmente
destacables en esta serie de poemas.
Por otra parte, Rosales trabaja con la palabra
desde un ángulo de tensión, procurando el mejor y
mayor empleo de sus posibilidades significativas y logrando que
el verbo poético "diga más" precisamente
a través de aquella tensión. Así, su tarea
no se verificará ya "domando el rebelde, mezquino idioma",
sino liberando la palabra, haciéndola ingresar en un ámbito
de ductilidad desde el cual diga, cante y sugiera a un tiempo. (...)
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